El cáncer puede propagarse desde el lugar donde se inició hacia otras partes del cuerpo. Cuando las células cancerosas se separan del tumor, pueden viajar a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático. Si las células viajan a través del sistema linfático, entonces el cáncer puede llegar a los ganglios linfáticos.
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La mayoría de las células cancerosas mueren o son eliminadas antes de que puedan comenzar a crecer en otro lugar, pero algunas pueden establecerse en una nueva área, comenzar a crecer y formar nuevos tumores. Esta propagación del cáncer a una nueva parte del cuerpo se llama metástasis.
Para que las células cancerígenas se propaguen a nuevas partes del cuerpo, tienen que pasar por varios cambios. Primero tienen que ser capaces de romper con el tumor original y adherirse a la pared de los vasos linfáticos o los vasos sanguíneos. A continuación, deben moverse a través de las paredes y fluir con la sangre o la linfa, hacia un nuevo órgano o los ganglios linfáticos, dándose el caso de que cuando el cáncer crece dentro de los ganglios linfáticos, por lo general afecta a los ganglios más cercanos al tumor.
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